El estudio se centra en analizar y esclarecer  las bases moleculares y estructurales que controlan y regulan el proceso  de apoptosis donde son claves dos proteínas: HuR y TIA-1
José Teodoro del Pozo
La  apoptosis es un término que proviene del griego ptosis, caída.  Se trata de un proceso natural de eliminación controlada de células que  desarrolla el cuerpo humano para mantener el número adecuado de éstas en  los tejidos. Investigadores del Instituto de Bioquímica Vegetal y  Fotosíntesis han iniciado, junto a la profesora de la Uiversidad de  Sevilla, Irene  Díaz Moreno, un proyecto titulado Regulación  Post-transcripcional de la Muerte Celular Programada y financiado  con 170.000 euros por la Consejería  de Economía, Innovación y Ciencia. En el proyecto son claves dos  proteínas con funciones antagónicas: HuR y TIA-1. La primera inhibe el  mecanismo de muerte celular programada (anti-apoptótica), mientras que  la segunda lo promueve (pro-apoptótica).

Grupo de investigadores del cicCartuja
Este proyecto de excelencia, aprobado en la convocatoria de 2008 y  realizado por jóvenes investigadores, tiene el reto de conocer cómo  funciona el mecanismo de muerte celular programada a nivel molecular, un  conocimiento que permitirá actuar sobre las proteínas que intervienen  en dicho proceso y que pueden ser responsables de enfermedades  neurodegenerativas, inflamatorias, así como de la generación de tumores y  cánceres.
Los investigadores intentan caracterizar la apoptosis a través de las moléculas de ARN mensajero (ARNm). Este material genético es el responsable de transcribir la información o instrucciones del ADN necesarias para codificar las proteínas que son fundamentales para el correcto funcionamiento fisiológico del cuerpo humano.
Asimismo, el estudio se centra en la regulación del ARNm que codifica  para el citocromo–c, metalloproteína que interviene de forma activa en  el proceso de apoptosis. “Durante el ciclo de vida de las células, éstas  se dividen y multiplican. En respuestas a situaciones de estrés pueden  poner en marcha un mecanismo de suicidio controlado o muerte celular  programada. Durante este proceso se activan y reprimen determinados  genes, responsables de la síntesis o no de determinadas proteínas”,  explica la investigadora principal, Irene Díaz Moreno. En este punto,  entra en juego la molécula de ARNm y la velocidad a la que codifican el  citocromo-c, pues se convierten en medidas significativas a la hora de  intentar explicar, en parte, la regulación y el control de la muerte  celular.
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